Los jueces no pudieron separar a los dos luchadores. Dos tarjetas registraron 114-114, mientras que la tercera favoreció a Barrios 115-113. Este resultado dejó a los aficionados y analistas atónitos.
Pacquiao, ahora de 46 años, comenzó fuerte. Conectó combinaciones afiladas y marcó el ritmo en las primeras rondas. Pero a medida que la pelea avanzaba, se notó que se desaceleraba. Barrios encontró su camino de regreso al combate en las rondas intermedias.
Las estadísticas mostraron una pelea reñida. Pacquiao conectó 101 golpes totales, de los cuales 81 fueron golpes de poder. Barrios conectó 120 golpes totales, incluidos 75 golpes de poder.
Después de la pelea, Pacquiao no ocultó su decepción.
"Pensé que gané la pelea. Por supuesto que me gustaría una revancha. Quiero dejar un legado y hacer sentir orgulloso al pueblo filipino."
El ex campeón reconoció que su comienzo tardío en el entrenamiento se debió a su reciente intento fallido en las elecciones al Senado en Filipinas.
"Necesito continuar mi entrenamiento durante más tiempo antes de una pelea por el campeonato. Debido a la elección comencé tarde, pero está bien."
Algunas figuras del boxeo tuvieron sentimientos fuertes sobre el resultado. El promotor Lou DiBella dijo que a Pacquiao le robaron una victoria legendaria. El periodista Alan Dawson lo calificó como una oportunidad perdida para un regreso histórico.
Barrios, quien sigue siendo el campeón de peso welter del WBC con un récord de 29-2-2, recibió con gusto la idea de una revancha.
"Haré la revancha. Absolutamente. Esto fue enorme para el boxeo. Me encantaría hacerlo de nuevo."
El controvertido resultado establece el escenario para una posible revancha. Ambos luchadores parecen ansiosos por saldar cuentas, prometiendo más acción para los aficionados al boxeo en el futuro.