George Foreman, ex campeón de boxeo de los pesos pesados, admitió que se arrepentía de haber luchado contra Muhammad Ali en el famoso combate "Rumble in the Jungle". La revelación procede de una entrevista reaparecida con el fallecido boxeador, que murió a los 76 años rodeado de sus seres queridos.
La carrera de Foreman despegó cuando ganó la medalla de oro olímpica en Ciudad de México en 1968. Se hizo profesional al año siguiente y no tardó en hacerse un hueco en el mundo del boxeo. En sólo cuatro años, Foreman boxeó 37 veces antes de enfrentarse a Joe Frazier por el Campeonato Mundial de los Pesos Pesados en 1973. Ganó el combate en el segundo asalto.
Pero es el combate de 1974 contra Muhammad Ali el que Foreman recuerda con remordimiento. Dijo:
"Es como cuando decidí pelear contra Ali. No sé por qué decidí hacerlo. No debería haberlo hecho. Peleé contra Ali asalto tras asalto, pero lo siguiente que supe fue que estaba en el suelo".
Ali, conocido por su rápido ingenio y sus puños aún más rápidos, utilizó su famosa técnica de la "cuerda a la cuerda" para desgastar a Foreman. La estrategia funcionó, y Ali noqueó a Foreman en el octavo asalto.
Tras derrotar a Foreman, Ali defendió su título contra púgiles como Ron Lyle, Ken Norton y Earnie Shavers. Perdió sus títulos ante Leon Spinks en 1978, pero los recuperó sólo seis meses después en la revancha.
Ali se retiró en 1981 tras perder ante Larry Holmes y Trevor Berbick. Falleció en 2016 a los 74 años.
A pesar de su arrepentimiento por la pelea con Ali, la carrera de Foreman estaba lejos de terminar después de esa derrota. Siguió boxeando e incluso recuperó el título de los pesos pesados a los 45 años.
Los homenajes a Foreman se sucedieron tras su muerte, y muchos le recordaron no sólo por sus habilidades boxísticas, sino también por su personalidad fuera de lo común y sus exitosas aventuras empresariales fuera del ring.
El "Rumble in the Jungle" sigue siendo uno de los combates más emblemáticos del boxeo, testimonio de la habilidad y determinación de Foreman y Ali. Aunque Foreman se arrepintiera de haber aceptado el combate, éste cimentó el lugar de ambos en la historia del boxeo.