Antes del combate, muchos expertos pensaban que estaba al 50%. Los púgiles incluso se saltaron a sus hombres de negocios para iniciar ellos mismos las negociaciones, demostrando lo mucho que querían que se celebrara.
Crawford dominó desde el principio, derribando a Spence en el segundo asalto. Mantuvo la presión y derribó a Spence dos veces más en el séptimo asalto. El combate terminó en el noveno asalto, cuando Crawford se anotó la victoria por nocaut técnico.
Con esta victoria, Crawford se convirtió en el campeón indiscutible e hizo historia como el primer boxeador en conseguirlo en dos divisiones de peso en la era de los cuatro cinturones.
Tras el combate, Crawford ascendió al peso superwelter y ganó otro título mundial al vencer a Israil Madrimov. Spence, por su parte, no ha peleado desde la derrota.
Spence no se tomó bien la derrota al principio. Lo admitió:
"Los tres primeros meses [tras la derrota ante Terence Crawford] estuve esperando a que alguien en público dijera algo fuera de lugar delante de mí. Por aquel entonces era vulnerable a una demanda o a cualquier otra cosa".
Más tarde, Spence asimiló la derrota. Cuando se le pidió que resumiera su actuación en cinco palabras, dijo:
"Me dieron una paliza".
Se explayó diciendo:
"Sí, me dieron una paliza... ya era hora. No viví exactamente como un boxeador en su mayor parte".
Se habla de que Spence podría subir al peso superwelter. Se le ha relacionado con un combate contra Sebastián Fundora por el título del CMB del peso superwelter, pero aún no se ha anunciado nada oficialmente. El CMB ha clasificado a Spence como aspirante número uno de la división.
Algunos rumores sugieren que Spence podría estar lidiando con otra lesión ocular, pero él ha negado estas afirmaciones. Cuando se le preguntó sobre una posible retirada por problemas oculares, Spence respondió:
"si no viene de mí [es basura]".
Los aficionados tendrán que esperar para ver qué le depara el futuro a Spence en su intento de recuperarse de su primera derrota profesional.