Foreman, que luchó durante cuatro décadas y acumuló la impresionante cifra de 76 victorias con 68 nocauts, era conocido por sus potentes golpes. Se hizo un nombre lanzando fuertes ganchos desde la cadera que hacían mella tanto en los sacos pesados como en los rivales.
Antes del histórico combate en Zaire, Foreman se sentía confiado. Recordaba:
"Pensé que lo noquearía fácilmente. Un asalto, dos asaltos".
Pero Ali tenía otros planes. Durante el combate, Foreman le asestó lo que él considera su golpe más fuerte. Describió la reacción de Ali:
"Muhammad se encogió, me miró, y tenía esa mirada en los ojos, como si dijera: 'No voy a dejar que me hagas daño'. Cualquier otro en el mundo se habría derrumbado".
A medida que avanzaba el combate, Foreman empezó a cansarse. Ali, con su famosa estrategia de la "cuerda a la soga", seguía hablando y jugando con su oponente. Foreman recordaba haber oído al hombre de la esquina de Ali, Angelo Dundee, gritar: "Muhammad, no juegues con ese mamón". Pero Ali siguió con su plan, y funcionó.
Al final, Ali ganó por nocaut en el octavo asalto, consolidando el lugar de la pelea en la historia del boxeo. La victoria supuso el inicio de una buena racha para Ali, que defendió su título diez veces antes de perder ante Leon Spinks en 1978. Ali ganó la revancha con Spinks, pero puso fin a su carrera con derrotas ante Larry Holmes y Trevor Berbick.
Cincuenta años después, el "Rumble in the Jungle" sigue siendo uno de los combates más famosos del boxeo, recordado no sólo por su resultado, sino por la increíble dureza y habilidad de ambos púgiles.