Muhammad Ali volvió a conmocionar al mundo hace 50 años. El 30 de octubre de 1974 se enfrentó a George Foreman en el "Rumble in the Jungle" en Kinshasa, Zaire (actual República Democrática del Congo).
Ali, ex campeón de los pesos pesados de 32 años, subió al cuadrilátero con una desventaja de 4-1 frente al invicto Foreman. El defensor del título se había forjado una reputación temible, ganando sus 40 combates con 37 nocauts. Foreman acababa de aplastar al principal contendiente, Ken Norton, lo que aumentaba su aura de invencibilidad.
Pero Ali no se lo creía. Después de ver cómo Foreman demolía a Norton, declaró: "Voy a retirar a George Foreman, es lento, no puede pegarme con eso, soy un profesional". Ali expuso su estrategia: "Si un hombre puede mantenerse al margen durante cinco asaltos, pegarle, moverse, mantenerse fuera de alcance, estar en buena forma... retirará a George Foreman".
Las sesiones de entrenamiento de Foreman pintaban un cuadro diferente. En el recinto ferial de Pleasanton, los estudiantes de secundaria observaban con asombro la preparación del campeón. Un observador dijo: "Era grande como una montaña, con músculos sobre músculos. Su andar era seguro". Las sesiones de sparring de Foreman eran brutales, con un compañero noqueado en menos de un minuto y otro que quedaba tambaleante tras ser derribado.
Los expertos no daban muchas posibilidades a Ali. Archie Moore, uno de los entrenadores de Foreman, admitió: "Rezaba, y con gran sinceridad, para que George no matara a Ali". Howard Cosell, el famoso locutor deportivo, estaba de acuerdo en que Foreman ganaría.
A Ali todo ese pesimismo le parecía divertidísimo. Nunca perdió la fe en sí mismo. Cuando Cosell visitó el campo de entrenamiento de Foreman, Ali bromeó: "He visto a George Foreman boxear en la sombra, y la sombra ganó".
Cuando llegó la noche del combate, Ali demostró una vez más por qué le llamaban "El Más Grande". Fue más inteligente y luchó mejor que el aparentemente invencible Foreman. El campeón le asestó varios golpes demoledores, pero la respuesta de Ali fue pura guerra psicológica:
"¿Eso es todo lo que tienes, imbécil?"
En el octavo asalto, Ali sorprendió al mundo por segunda vez. Destronó a Foreman con un nocaut, demostrando que incluso el poder más feroz puede ser neutralizado por una mayor habilidad y resolución.
Cincuenta años después, el "Rumble in the Jungle" es uno de los momentos más emblemáticos del boxeo. Demostró que en el deporte, como en la vida, lo aparentemente imposible puede hacerse posible con la combinación adecuada de habilidad, estrategia y una fe inquebrantable en uno mismo.