George Foreman, el duro campeón de los pesos pesados, se ha sincerado sobre el hecho de haber esquivado a un duro oponente durante su ilustre carrera.
La trayectoria de Foreman en el boxeo empezó con fuerza. Consiguió una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1968 y se hizo profesional al año siguiente. En 1973 se proclamó campeón del mundo al noquear en el segundo asalto al invicto Joe Frazier.
Pero incluso los boxeadores más duros sufren reveses. La primera derrota profesional de Foreman se produjo en 1974 contra Muhammad Ali en el famoso "Rumble in the Jungle". Después de eso, siguió peleando hasta 1977, cuando decidió colgar los guantes.
Durante su década alejado de los cuadriláteros, Foreman se ordenó ministro. Pero la llamada del boxeo fue demasiado fuerte. Reapareció y sorprendió al mundo en 1994 al convertirse en el campeón de los pesos pesados de más edad de la historia, con 45 años, un récord que aún ostenta.
Después de aquella increíble victoria sobre Michael Moorer, Foreman se enfrentó a la presión de la AMB para pelear contra su retador número uno, Tony Tucker. Tucker fue campeón mundial de la FIB durante un breve periodo de tiempo en 1987, y sólo ostentó el título durante 64 días.
Foreman, en declaraciones a la Oxford Union, admitió que no estaba preparado para ese reto:
"Intentaron obligarme a pelear con Tony Tucker después de vencer a Michael Moorer, y recuerdo que miré a Tony Tucker y dije: 'Mamá no crió a ningún tonto'. No voy a pelear contra él, y se llevaron los títulos. Hay gente con la que no voy a pelear. Esa es la buena razón, yo no quería pelear con él. Demasiado duro. Tengo que decir la verdad".
La honestidad de Foreman al evitar a Tucker demuestra que incluso los mejores boxeadores eligen sus batallas con cuidado. Es un raro vistazo al pensamiento estratégico que hay entre bastidores en el boxeo profesional.