Scull, el campeón cubano invicto de la IBF, ha sido vocal en la antesala de la pelea. Está listo para dar un espectáculo contra la superestrella mexicana.
"Quiero salir y disfrutarlo y ver qué sucede. Nunca lo han nocautado y tal vez lo nocauten, pero no lo sé," dijo Scull a DAZN. "Estoy trabajando para una gran pelea de 12 asaltos."
El boxeador cubano no se detuvo allí. Lanzó el guante a Álvarez, desafiando al de 34 años a que intente detenerlo antes de que termine la pelea.
"Veamos si puede nocautearme tan fácil como dice la gente," declaró Scull.
En una reciente conferencia de prensa, Scull reafirmó su postura confiada. Desestimó las predicciones de una noche temprana como desinformadas.
"Estos son comentarios de personas que no tienen conocimiento de boxeo. El nocaut ocurre y el nocaut sucede, eso no significa una cosa, una cosa no tiene nada que ver con la otra," explicó Scull. "Estoy feliz, es mi fiesta, lo que siempre he hecho en mi vida. Fui el último invitado y voy a ser el último en llevarse el espectáculo, porque así son las cosas en la vida."
Scull entra a la pelea con un récord perfecto de 23-0, incluyendo 9 nocauts. Ganó el título de la IBF el octubre pasado con una victoria sobre Vladimir Shishkin en Alemania.
Álvarez presenta su récord de 62-2-2, junto con los cinturones del WBC y WBO. La estrella mexicana viene de una victoria contundente sobre Edgar Berlanga el septiembre pasado en Las Vegas.
El escenario está preparado para un enfrentamiento que coronará a un campeón indiscutible en 168 libras. Scull busca desafiar las probabilidades, mientras Álvarez busca consolidar su legado como uno de los más grandes en la historia del boxeo.