Hearn se enteró de algunas informaciones falsas que circulaban por ahí. Dijo: "Algunas cosas falsas de Twitter eran como, 'Oh, Eddie se retira del deporte'. Pues no". La especulación surgió tras conocerse la noticia de que Dana White y Turki Alalshikh iban a crear una nueva liga de boxeo.
A sus casi 46 años, Hearn sigue metido de lleno en el juego. Dirige Matchroom Boxing, gestiona combates en todo el mundo e incluso supervisa otros eventos, como un gran torneo de billar que se celebrará en agosto.
La vida es ajetreada para Hearn. El año pasado sólo pasó 120 días en el Reino Unido, siempre en movimiento por motivos de trabajo. Admite que no siempre es fácil. "Es duro para el cuerpo y la mente, y no es la forma más sana de vivir", explica Hearn.
Pero Hearn piensa en la salud. Su familia tiene antecedentes de infartos precoces, así que está tomando medidas para mantenerse en forma. Se somete a revisiones periódicas y hace ejercicio con un entrenador, Kai Peacock.
"Sinceramente, creo que si no hubiera empezado a entrenar, me habría dado un infarto", afirma Hearn.
A pesar de las dificultades, Hearn sigue con todo. Dirige a luchadores y organiza eventos en todo el mundo. Su estilo franco suscita reacciones encontradas entre los aficionados, pero eso es normal en la promoción del boxeo.
El trabajo tiene sus quebraderos de cabeza. Siempre hay que organizar la logística, preparar a los boxeadores y hacer malabarismos con el calendario mundial. Pero por ahora, Eddie Hearn no se baja del ring.