Larry Holmes, el legendario boxeador conocido como "El Asesino de Easton", se ha sincerado sobre su pelea de 1988 con Mike Tyson. Ahora dice que se arrepiente de haber salido de su retiro para ese combate, admitiendo que lo hizo sólo por dinero.
Holmes, de 75 años, compartió sus pensamientos en una reciente entrevista con The Telegraph. No se anduvo con rodeos a la hora de hablar de su decisión de enfrentarse a Iron Mike.
No debería haberme retirado para enfrentarme a él. Luché contra Mike Tyson y perdí. Me detuvo. Tyson sabía pegar, eso no se lo puedes quitar. Se ponía delante de ti, intentaba empujarte contra las cuerdas, pero no habría podido hacerme eso en mi mejor momento. Le habría vencido".
Cuando se le preguntó por su motivación para el combate, Holmes fue brutalmente sincero.
El dinero. El dinero.
La pelea tuvo lugar en enero de 1988, con el indiscutible campeonato de los pesos pesados de Tyson en juego. En aquel momento, Tyson estaba invicto en 37 combates profesionales y dos años antes se había convertido en el campeón de los pesos pesados más joven de la historia. Había ganado ese título noqueando a Trevor Berbick en el segundo asalto.
Holmes llevaba casi dos años sin subirse a un ring cuando se enfrentó a Tyson. El óxido se hizo notar y Tyson le noqueó en el cuarto asalto.
Mirando atrás, Holmes cree que podría haber vencido a Tyson si hubieran peleado cuando estaba en su mejor momento. Pero salir de su retiro para ganar dinero resultó ser un error.
El reinado de Tyson en la cima no duraría mucho más. En febrero de 1990, sufrió una de las mayores sorpresas de la historia del boxeo cuando James "Buster" Douglas le noqueó.
En cuanto a Holmes, nacido en Cuthbert (Georgia), se quedó pensando en lo que podría haber sido si hubiera seguido retirado en lugar de enfrentarse al joven campeón. Su historia sirve como recordatorio de las difíciles decisiones a las que se enfrentan los boxeadores cuando hay mucho dinero sobre la mesa.