Wilder, conocido como "El bombardero de bronce", llegaba al combate con una reputación temible. Llevaba 43 combates invicto y cinco años ostentando el título mundial de los pesos pesados del CMB. Su poder era legendario: 42 de sus 43 victorias fueron por nocaut, y sólo uno de sus oponentes llegó a la última campanada.
Pero las cosas cambiaron tras su trilogía con Tyson Fury. El primer combate acabó en empate, pero Fury ganó los dos siguientes por KO, arrebatándole el título a Wilder. Wilder intentó recuperarse, deteniendo a Robert Helenius en el primer asalto. Luego llegó el combate contra Parker.
Parker alteró los pronósticos de forma impresionante. Anuló la famosa mano derecha de Wilder, llegando incluso a lastimar al estadounidense en algunos momentos. Los jueces se decantaron por Parker, dándole todos los asaltos.
Tras el combate, Parker habló con Boxing News sobre su cautela:
"Fui muy cauto al principio de la pelea, por lo que Wilder presenta y lo peligroso que es como boxeador: puede acabar contigo así como así en un abrir y cerrar de ojos. Elegí mis momentos, mis golpes. A medida que avanzaban los asaltos iba ganando confianza en lo que hacía".
Parker también reconoció la potencia de Wilder:
"Practica, practica, practica. Trabajo, trabajo, trabajo. Tenía que ser consciente de ello en todo momento. Me pilló un par de veces en guardia y, te diré una cosa, es una derecha muy dura. Si hubiera aterrizado limpia habría sido diferente, pero hoy es mi día".
Las cosas empeoraron para Wilder en su siguiente combate. Zhilei Zhang le noqueó en cinco asaltos, añadiendo otra derrota a su historial.
A pesar de estos contratiempos, Wilder, que ahora tiene 39 años, dice que seguirá luchando. Ha mostrado interés en un combate con Francis Ngannou, el excampeón de la UFC que perdió recientemente ante Anthony Joshua tras una reñida pelea con Tyson Fury en su debut en el boxeo.