Oleksandr Usyk venció a Tyson Fury y se convirtió en el campeón mundial indiscutible de los pesos pesados el pasado mes de mayo. El combate terminó con una victoria por decisión dividida para Usyk, pero no estuvo exento de polémica.
En el noveno asalto, Usyk asestó un gran golpe a Fury, seguido de una ráfaga de puñetazos. Fury se tambaleó por el cuadrilátero, utilizando las cuerdas para mantenerse en pie. El árbitro le puso en pie, pero no detuvo el combate. Esta decisión suscitó el debate entre aficionados y expertos.
Lennox Lewis, el último campeón indiscutible de los pesos pesados antes de Usyk, compartió su opinión sobre la decisión del árbitro. Dijo a los medios de comunicación que el árbitro tomó la decisión correcta.
"Fury estaba jugando cuando rebotó contra las cuerdas. Utilizaba las cuerdas para mantenerse en pie. El árbitro se mantuvo concentrado, no paró la pelea y les permitió boxear".
Hay quien piensa que si no hubiera habido tanto en juego, el combate podría haberse detenido. Pero al final, Usyk ganó a los puntos tras 12 asaltos. Es impresionante que se convirtiera en campeón indiscutible en sólo seis combates como peso pesado. Ya había hecho lo mismo en el peso crucero.
Fury afirmó que se confió demasiado en su primer combate. Ahora se prepara para la revancha, este sábado en Riad. Su objetivo es ganar tres de los cuatro cinturones, ya que el de la FIB ha quedado vacante. Fury ha prometido dar lo mejor de sí mismo en esta ocasión.
El noveno asalto de su primer combate fue un punto de inflexión. El potente golpe de Usyk y el aluvión que le siguió pusieron en apuros a Fury. Pero Fury logró sobrevivir, lo que dio lugar a esta esperada revancha.
