Iron Mike Tyson, de 58 años, no peleaba profesionalmente desde 2005. Se enfrentó a Jake Paul, un YouTuber convertido en boxeador 31 años más joven que él. La preparación del combate duró casi un año, y muchos expresaron su preocupación por la edad de Tyson y su larga ausencia de los cuadriláteros.
Cuando sonó la campana, quedó claro que Tyson no era la fuerza de antaño. Compitió con la rodilla apoyada y le costó encontrar su equilibrio. Paul, por su parte, controló el combate de principio a fin.
El combate duró los ocho asaltos de dos minutos. Los jueces puntuaron el combate 80-72, 79-73 y 79-73, todos a favor de Paul.
Evander Holyfield, antiguo enemigo de Tyson convertido en amigo, compartió su opinión sobre el combate. En declaraciones a Fight Hub TV, Holyfield resumió la actuación de Tyson en cinco palabras:
"No fue buena".
Holyfield, que se enfrentó a Tyson dos veces en la década de 1990 y ganó ambos combates (incluido el infame incidente del mordisco en la oreja), señaló una posible razón para la mala actuación de Tyson:
"Se nota que algo va mal en la pierna de Tyson. No tenía equilibrio".
En cuanto a Jake Paul, Holyfield fue breve en su valoración:
"Es un boxeador bastante bueno".
Lennox Lewis, otro ex campeón de los pesos pesados y ex rival de Tyson, también opinó sobre el combate con un breve comentario.
El combate pasará a la historia, no por su calidad, sino por sus circunstancias únicas. Puso de manifiesto el marcado contraste entre una leyenda del boxeo que ya había pasado su mejor momento y un joven y ambicioso recién llegado a este deporte.