Jake Paul ganó el combate por decisión unánime tras ocho asaltos de dos minutos. Los jueces puntuaron 80-72, 79-73 y 79-73, todos a favor de Paul. Paul dominó la mayor parte del combate, mientras que Tyson, a sus 58 años, no mostró mucho de su antigua forma de "Iron Mike".
A mucha gente le preocupaba que Tyson peleara a su edad. Estas preocupaciones aumentaron cuando los aficionados se dieron cuenta de que Tyson llevaba una rodillera durante el combate. Terence Crawford, considerado el mejor boxeador del momento, no quedó impresionado con la actuación de Tyson.
Me encanta Mike Tyson, pero le están dando demasiado crédito. Parecía basura, entrenar tanto tiempo y sólo lanzar 97 golpes en toda la pelea es una locura. Me alegro de que no saliera herido.
La crítica de Crawford destaca lo poco que Tyson lanzó en la pelea: sólo 97 golpes en ocho asaltos. Esto está muy lejos del mejor momento de Tyson, cuando era conocido por su potencia explosiva y su gran pegada.
La pelea supuso el regreso de Tyson al cuadrilátero desde su combate de exhibición de 2020 contra Roy Jones Jr. Antes de eso, el último combate profesional de Tyson se remontaba a 2005. Jones Jr., que ya sabe lo que es enfrentarse a un Tyson mayor, tuvo una reacción breve pero contundente a este último combate, aunque no compartió sus palabras exactas.
A pesar de la derrota, Tyson insinuó que podría volver a pelear, posiblemente contra el hermano de Jake, Logan Paul. Esta sugerencia ha levantado cejas, dadas las preocupaciones sobre la edad de Tyson y su rendimiento en esta pelea.
El evento atrajo mucha atención, tanto por su histórica emisión en Netflix como por el inusual enfrentamiento entre una leyenda del boxeo y una estrella de YouTube convertida en boxeador. Si bien es cierto que dio que hablar, la pelea en sí dejó a muchos, incluidos los mejores profesionales como Crawford, poco impresionados con el espectáculo.