Oleksandr Usyk derrotó a Tyson Fury por decisión dividida y se proclamó campeón indiscutible de los pesos pesados. Usyk se convirtió en el primer boxeador que ostenta este honor desde 1999.
Los marcadores fueron 115-112 para Usyk, 114-113 para Fury y otro 114-113 a favor de Usyk.
El combate comenzó con Usyk lanzando el primer golpe y ambos púgiles centrándose en sus jabs, pero Usyk terminó el primer asalto con fuerza. A lo largo del combate, la agilidad de Usyk pareció darle ventaja sobre Fury, que intentó varias tácticas, entre ellas cambiar de postura y apuntar a los golpes al cuerpo. En el duodécimo asalto, a pesar de necesitar una importante remontada, Fury no pudo asegurarse la victoria.
Cada asalto estuvo muy disputado, con momentos memorables como un corte sobre el ojo de Usyk en el quinto asalto y varios fuertes uppercuts de Fury. Sin embargo, la presión constante de Usyk y sus potentes izquierdas en los últimos asaltos le aseguraron la victoria en dos de las tres tarjetas de los jueces.
Tras la conclusión del combate, ambos púgiles lo celebraron: Usyk se hundió en la lona y abrazó a su equipo, mientras que Fury levantó los brazos en señal de celebración a pesar de su derrota. Poco después, Tyson Fury abrazó a Oleksandr Usyk ante unos 500 espectadores dentro del cuadrilátero.
Por último, a pesar de reconocer la derrota según las decisiones oficiales, Tyson Fury declaró que se sentía realmente "ganador del combate" y anunció inmediatamente sus intenciones de revancha.
El reportero Luke Brown captó en directo estos momentos de este combate histórico que marcó un hito en la historia del boxeo de los pesos pesados.
Aquí están las estadísticas detalladas de los golpes asalto por asalto proporcionadas por CompuBox: