"Algunos de los aficionados me enseñaron el dedo corazón. Lo vi con mi visión lateral y quise agarrarle y romperle el dedo de camino al octágono. Le espanté, le di un manotazo para que huyera. Ni siquiera hubo un puñetazo como tal. ¿Me afectó? No. Creo que, al contrario, me animó, me subió el ritmo cardíaco. Una mini-pelea antes del combate en sí", declaró Tsarukyan.
Más tarde, el aficionado que provocó el incidente con Tsarukyan declaró que no tenía nada que reclamar al púgil.