Daniels, conocida como "La Asesina Sonriente," proviene de una zona rural, casi desconocida de Nueva Zelanda. Comenzó su carrera profesional en boxeo en 2017 y desde entonces ha acumulado 11 victorias, 2 derrotas, 2 empates y 1 nocaut. Daniels posee el título mundial de peso semipesado de la IBF y tres títulos nacionales en diferentes divisiones en Nueva Zelanda.
Con una altura de 1.69 m y un alcance de 170 cm, Daniels no es una boxeadora promedio. No tiene un golpe imponente, pero nunca se rinde. Su récord incluye dos derrotas contra Geovana Peres y una trilogía con Tessa Tualevao que terminó en dos empates consecutivos.
Fuera del ring, Daniels desempeña múltiples roles. Trabaja como enfermera, actúa como entrenadora comunitaria y es líder maorí. Su viaje desde la Nueva Zelanda rural hasta grandes eventos de boxeo demuestra su determinación.
"La lucha interna se ganó hace años,"dice Daniels, enfatizando que no se define por victorias o derrotas, sino por la lucha en sí.
Enfrentarse a Shields, ampliamente considerada la mejor boxeadora femenina libra por libra, representa un gran desafío para Daniels. Nadie ha derrotado a Shields todavía, pero la resiliencia y el perfil único de Daniels la convierten en una contendiente interesante.
La próxima pelea pondrá a prueba las habilidades de Daniels en diferentes categorías de peso, ya que ha competido en las divisiones de peso semipesado, supermedio y medio. Su experiencia y versatilidad podrían resultar cruciales en este combate de alto riesgo.
A medida que se acerca la fecha de la pelea, todas las miradas estarán puestas en este choque entre la campeona invicta y la retadora decidida de Nueva Zelanda. El resultado sigue siendo incierto, pero una cosa está clara: Lani Daniels lo dará todo, fiel a su espíritu de lucha.