Sheeraz controló el ritmo desde la campana inaugural, conectando golpes contundentes que mantuvieron a Berlanga en la defensiva. En el cuarto asalto, Berlanga tocó la lona en dos ocasiones, preparándose para el final en el siguiente asalto.
Después de la pelea, Berlanga mostró gracia en la derrota. Dijo:
"Fue una noche dura, pero no es el final. Reflexionaremos, aprenderemos y volveremos más fuertes."
Berlanga no puso excusas y asumió la responsabilidad junto a su equipo por la derrota. Como precaución, fue al hospital después del combate, pero se informó que estaba en buena condición física.
Las consecuencias de la pelea generaron cierta controversia en las redes sociales. Los fanáticos y los comentaristas insinuaron una posible ventaja injusta debido a los vendajes de Sheeraz. Eddie Hearn, promotor de Matchroom Boxing, abordó rápidamente estas preocupaciones:
"El vendaje de Sheeraz fue completamente legal y aprobado por los comisionados."
Hearn explicó que el proceso fue supervisado por funcionarios de la comisión con el equipo de Berlanga presente durante el vendaje. Agregó que tales acusaciones a menudo surgen cuando un boxeador sufre una derrota inesperada o abultada.
Esta victoria coloca a Sheeraz en una gran posición en la división de supermedios. Ya se habla de un posible enfrentamiento futuro con Canelo Álvarez, lo que sería una gran oportunidad para la estrella británica en ascenso.
Para Berlanga, esta derrota marca un contratiempo en sus aspiraciones profesionales. Sin embargo, su respuesta generosa y disposición para aprender de la experiencia demuestran que está lejos de terminar en el deporte.
A medida que se disipa el polvo de este combate, está claro que Sheeraz se ha presentado como una fuerza a tener en cuenta en la categoría de peso de 168 libras. El mundo del boxeo observará con interés lo que viene a continuación para ambos boxeadores.