De La Hoya, conocido como "El Niño Dorado", comenzó su carrera profesional en 1992 tras ganar la medalla de oro olímpica en Barcelona. Luego fue campeón mundial desde superpluma hasta mediano y terminó en el Salón de la Fama. Su récord incluye victorias sobre oponentes difíciles como Ike Quartey, Arturo Gatti y Julio César Chávez.
A pesar de su éxito, De La Hoya enfrentó desafíos en su carrera, perdiendo ante peleadores como Manny Pacquiao, Bernard Hopkins y Floyd Mayweather.
En una charla reciente con ES News, De La Hoya explicó por qué califica a Robinson tan alto:
"¡Sugar Ray Robinson es el más grande de todos los tiempos! Eso es básicamente ... todas las divisiones de peso, el más duro, el mejor movimiento de pies, peleaba múltiples veces al mes, enfrentaba a los mejores, asumía los desafíos más difíciles. Sugar Ray Robinson, él es literalmente el GOAT."
La carrera de Robinson respalda los elogios de De La Hoya. La leyenda del boxeo peleó un increíble total de 201 combates profesionales, ganando campeonatos mundiales seis veces. Mantuvo el título welter desde 1946 hasta 1951 y obtuvo el cinturón de peso medio seis veces entre 1951 y 1960.
Su currículo incluye victorias memorables sobre oponentes difíciles como Rocky Graziano y Jake LaMotta. Robinson continuó peleando hasta 1965, dejando una huella perdurable en el deporte.
La elección de De La Hoya podría sorprender a algunos fans. Muchas personas consideran a Muhammad Ali o Floyd Mayweather como los mejores boxeadores de la historia. Tanto Ali como Mayweather a menudo reclamaron ese título para ellos mismos durante sus carreras.
Pero para Oscar De La Hoya, los logros de Sugar Ray Robinson en todas las categorías de peso, su poder de golpeo, el movimiento de pies, su apretada agenda de peleas y la calidad de sus oponentes lo convierten en el indiscutible más grande de todos los tiempos.