Bogachuk comenzó como se esperaba a trabajar como el primero y estuvo constantemente presionando. Al ucraniano le resultaba a menudo fácil acercarse y conectar varios golpes precisos, después de lo cual retrocedía a una distancia cómoda para él. Fox, por su parte, fue muy pasivo e intentó mantener a su oponente a base de jabs.
Al estadounidense le logró ajustar un poco el combate: comenzó a inquietar más al ucraniano con golpes y gracias a su excelente juego de pies lo mantuvo a distancia. En los asaltos finales, Bogachuk apuntaba activamente a la cabeza del oponente con golpes amplios, pero fallaba mucho y no conectaba golpes al cuerpo en absoluto.
Al finalizar los diez asaltos, todos los jueces vieron la victoria del ucraniano: 97–93, 97–93, 98–92.