Ana Maria, nacida en Michoacán, México, en una familia de clase media, se casó con Santos Alvarez y tuvo ocho hijos. A principios de la década de 1990, la familia se mudó de su ciudad natal a Juanacatlán, Jalisco, en busca de mejores oportunidades.
La vida no fue fácil para la familia Alvarez. Comenzaron un pequeño negocio vendiendo paletas y aguas frescas. Todos los niños, incluido Canelo, se involucraron. Canelo vendía productos en los autobuses, ganando a veces hasta 700 pesos a la semana. La familia enfrentó constantes desafíos financieros debido al trabajo agrícola del Sr. Alvarez.
A pesar de las dificultades, Ana Maria mantuvo unida y solidaria a la familia. Ella guió a sus hijos con el ejemplo, siempre presente en los buenos y malos momentos. Cuando Ana Maria y Santos se divorciaron cuando Canelo tenía 15 años, no afectó su estrecha relación con su hijo.
El papel de Ana Maria en la vida de Canelo va más allá de ser solo su madre. Ha sido una presencia constante desde sus primeros años, brindando apoyo y orientación incondicional. Su estrecho vínculo ha ayudado a moldear a Canelo en el campeón que es hoy.
El éxito de Canelo en el ring se debe mucho al apoyo de su familia, especialmente al respaldo inquebrantable de su madre. La influencia de Ana Maria Barragan en la vida y carrera de su hijo muestra cómo una sólida base familiar puede contribuir al ascenso de un atleta a la cima.