Evander Holyfield se arrepiente de haber peleado con Riddick Bowe en 1990. El ex campeón indiscutible de los pesos pesados dice que debería haber escuchado el consejo de su madre de no entablar amistad con los competidores.
Holyfield hizo historia como el primer púgil que se convertía en campeón indiscutible tanto de peso crucero como de peso pesado. En 1990 arrebató la corona de los pesos pesados a James "Buster" Douglas y la defendió contra grandes nombres como Larry Holmes y George Foreman.
Pero fue su rivalidad con Riddick Bowe la que dejó una huella imborrable. En una reciente charla con DJ Vlad en YouTube, Holyfield se sinceró sobre sus arrepentimientos.
"No te hagas amigo de nadie con quien tengas que competir", recuerda Holyfield que le decía su madre. "Les cuentas cosas que no deberías porque todos habláis de todo".
Holyfield y Bowe se conocen desde hace mucho tiempo. Eran amigos cuando Bowe era el sparring de Holyfield como aficionado. Holyfield incluso ayudó a Bowe con su hijo y compartió su dinero con él.
Pero esa amistad se volvió en contra de Holyfield. Se dio cuenta de que Bowe utilizaba su cercanía en su beneficio cuando peleaban.
Su rivalidad se convirtió en una de las mayores trilogías del boxeo. Bowe ganó el primer combate en 1992, arrebatando a Holyfield el título indiscutible. Holyfield se vengó en 1993, recuperando la corona de los pesos pesados. Bowe ganó su último enfrentamiento en noviembre de 1995.
Mirando atrás, Holyfield desearía haber mantenido las distancias. Aprendió por las malas que, en el boxeo, a veces es mejor mantener a los amigos cerca y a los rivales a distancia.
Esa pelea de 1990 de la que Holyfield se arrepiente cambió el curso de su carrera. Es un recordatorio de que, en el mundo de la lucha, las batallas más duras a menudo se libran fuera del cuadrilátero.