Edgar Berlanga ha desvelado por qué tiene problemas con Gervonta "Tank" Davis. Todo ocurrió en un club de adultos, y no es lo que cabría esperar.
Berlanga, un boxeador de peso supermedio en ascenso, solía ser admirador de Davis. Pero eso cambió en un abrir y cerrar de ojos una noche en la que ambos púgiles estaban en el mismo club. Berlanga estaba allí como invitado de los propietarios, y su padre estaba con él.
Aquí es donde la cosa se complica. El padre de Berlanga, que conocía a Davis del boxeo amateur, intentó saludarle. Se acercó a Davis y le dijo: "Eh, ¿qué tal, campeón?", mientras le daba una palmada amistosa en el hombro.
Pero Davis no se lo tomó bien. En absoluto.
"Se puso como loco, en plan '¡no me toques!".dijo Berlanga en una charla reciente en la red Mr. Jay Hill.
Fue entonces cuando Berlanga perdió la calma. No podía creer que Davis le faltara el respeto a su padre de esa manera.
"Me puse furioso. Empezamos a discutir... Ahí empezó nuestra pelea".
Desde entonces, los dos luchadores han estado enfrentados. Es una enemistad que se ha estado cocinando a fuego lento bajo la superficie, con los aficionados preguntándose si alguna vez conducirá a un enfrentamiento en el ring.
Davis, conocido como "Tank" por su poder de nocaut, tiene que lidiar con su propio drama. Viene de un polémico empate contra Lamont Roach y busca la revancha, aunque aún no hay fecha.
Para Berlanga, ya no se trata sólo de boxeo. Se trata de algo personal. No puede perdonar a Davis por faltar al respeto a su padre. La pregunta ahora es: ¿resolverán estos dos sus diferencias con los guantes puestos?
Los aficionados están ansiosos por ver si esta mala sangre desembocará en una pelea. Pero con Berlanga escalando posiciones en el peso supermedio y Davis luchando normalmente en pesos más ligeros, podría ser una posibilidad remota.
Una cosa es segura: esta enemistad no va a desaparecer pronto. Y en el mundo del boxeo, donde las rivalidades personales suelen alimentar los combates más importantes, nunca se sabe lo que puede ocurrir.