John Fury, el patriarca del boxeo de 59 años, causó revuelo el lunes cuando se bajó los pantalones y enseñó su trasero desnudo a las cámaras a la salida de un café en el Reino Unido. El incidente ocurrió mientras paseaba con sus hijos Tyson, Tommy y Shane Fury.
La familia Fury es conocida por su dramatismo, y la última hazaña de John sigue a una serie de polémicas recientes. Apenas unas semanas antes de la revancha entre Tyson y Oleksandr Usyk en Riad, John se enzarzó en una violenta pelea con el equipo de Usyk. Propinó un cabezazo a un miembro del equipo de Usyk, dejándole sangrando por la frente.
Tras el incidente, John se disculpó tibiamente en las redes sociales. Dijo:
"Mis más sinceras disculpas a todos los implicados. Somos así. Las emociones y las tensiones están a flor de piel. Fue un tipo muy irrespetuoso. Si te acercas en el espacio de un boxeador, te las verás con algo".
Durante el incidente del lunes, Tyson Fury, ex campeón del mundo de los pesos pesados, no pareció divertido con las payasadas de su padre. Mantuvo la informalidad y evitó el espectáculo. Tyson está pensando en sus próximos pasos después de anunciar recientemente su retirada tras dos derrotas consecutivas ante Oleksandr Usyk.
Tommy Fury, que sigue en activo en el mundo del boxeo, se separó del grupo y se subió a su G-Wagon. Mostró su esculpido físico a través de una camiseta ajustada. Tommy canceló recientemente un combate programado para enero con Darren Till, alegando que éste se negaba a respetar las reglas del boxeo profesional.
La salida de la familia Fury comenzó con normalidad, con John saliendo de un café con sus hijos. Pero rápidamente se convirtió en un espectáculo cuando John decidió enseñar el rostro a las cámaras. Mientras que Tyson evitó la escena y Tommy se marchó, no se especificó la reacción de Shane Fury.
Este último incidente se suma a la larga lista de momentos que acaparan titulares de la familia Fury, que sigue manteniendo en vilo al público y a los medios de comunicación con su imprevisible comportamiento.