Ryan García quiere cambiar la forma en que la gente le ve. El boxeador intenta reconstruir su reputación tras un año duro lleno de problemas y contratiempos.
García derrotó a Devin Haney en una gran victoria, pero la perdió al dar positivo por sustancias prohibidas. También fue expulsado del CMB después de despotricar en las redes sociales. Ahora está trabajando para volver a ganarse la simpatía de los aficionados.
En una rueda de prensa celebrada en Nueva York con motivo de su próximo combate "Fatal Fury" contra Rolando 'Rolly' Romero el 2 de mayo, García declaró:
"Quiero ser grande. Quiero mostrar mi dedicación al deporte y ser un verdadero profesional".
Pero en menos de 48 horas, García envió un agresivo tuit a Romero, amenazándole con "darle una hostia" si se pasaba de la raya. En la misma rueda de prensa, se enzarzó en una acalorada discusión con Teófimo López. Cuando López se refirió a sí mismo como campeón de la revista Ring, García respondió:
"Nos importa una m*, hermano".
Este vaivén entre mensajes motivadores y exabruptos hace que a los aficionados les cueste creer que García haya cambiado. En las redes sociales oscila entre mensajes alentadores y un comportamiento errático, lo que hace que la gente no sepa qué pensar.
Oscar De La Hoya, promotor de García, cree en el potencial de su púgil:
"Ryan tiene las habilidades y el carisma para ser una superestrella. Ahora depende de él demostrar que va en serio".
García tiene la oportunidad de demostrar que va en serio el 2 de mayo. Lo mejor que puede hacer es subir al cuadrilátero, agachar la cabeza y dejar que su actuación hable por sí sola. Tendrá que encontrar la manera de equilibrar su personalidad de luchador con la necesidad de arreglar su imagen.
No será fácil para García recuperar la confianza de los aficionados. Pero si es capaz de mantener la concentración y rendir en el cuadrilátero, podría dar la vuelta a la situación.