Gervonta Davis y Lamont Roach empataron en su combate por el título ligero de la AMB. Los jueces puntuaron 115-113 para Davis y dos tarjetas 114-114, dejando a muchos aficionados sorprendidos por el resultado.
El combate dio un giro inesperado en el noveno asalto, cuando Davis cayó sobre una rodilla y se retiró a su esquina. El árbitro Steve Willis no lo contabilizó como derribo, una decisión que dio mucho que hablar tras el combate.
Davis explicó sus acciones en el ring:
"Me peiné hace dos días y me puso grasa. Me quemó los ojos. ¿Por qué me abucheáis? Esto es una gilipollez. Son hechos reales".
Si Willis lo hubiera puntuado como derribo, Roach habría obtenido un asalto de 10-8 y probablemente habría ganado el combate. En lugar de eso, terminó en empate, dejando a ambos púgiles y a los aficionados pidiendo la revancha.
Tras el combate, Davis reflexionó sobre su actuación:
"Creo que lo logré en los tres últimos asaltos. Le sorprendí con golpes limpios. Le fui derribando a medida que avanzaba el combate. No quería cometer errores, así que fui cauto".
También elogió a su oponente, diciendo: "Es un gran luchador y tiene las habilidades".
Roach no ocultó su decepción por la decisión:
"Estoy decepcionado con la decisión. Pensé que lo había sacado adelante. Definitivamente pensé que había ganado, pero podemos volver a correr. Si te arrodillas voluntariamente y el árbitro empieza a contar, eso debería ser un derribo. Si consigo ese derribo gano el combate".
Muchos esperaban que Davis ganara fácilmente, pero Roach le llevó al límite. El resultado sorprendió a los expertos en boxeo, y muchos no estuvieron de acuerdo con la decisión del árbitro de no anotar un derribo para Roach.
Ambos púgiles expresaron su interés por la revancha. Davis dijo: "Ojalá podamos repetirlo seguro. Llevémoslo a Nueva York y tengamos la revancha seguro".
El polémico empate deja a los aficionados ansiosos por ver a estos dos enfrentarse de nuevo para saldar cuentas de una vez por todas.