Tyson, que ahora tiene 58 años, empezó a boxear profesionalmente en marzo de 1985. No tardó en hacerse un nombre, convirtiéndose en el campeón mundial de los pesos pesados más joven de la historia al noquear a Trevor Berbick en el segundo asalto y ganar el título del CMB en 1986.
Iron Mike" unificó la división de los pesos pesados y ostentó todos los cinturones de 1987 a 1990. Venció a algunos de los mejores del mundo, como Larry Holmes, Frank Bruno y Michael Spinks.
Pero el reinado de Tyson llegó a un sorprendente final en 1990. James "Buster" Douglas le noqueó en el décimo asalto en el Tokyo Dome de Japón, protagonizando una de las mayores sorpresas del boxeo.
A pesar de todos sus éxitos, Tyson cree que perdió una gran oportunidad. Se lo dijo a The Ring:
"Me habría gustado pelear con George Foreman. Muchos aficionados se preguntaban quién pegaba más fuerte. Me habría gustado poner fin a la discusión, en un sentido o en otro".
Foreman tuvo su propia e impresionante historia de regreso. Regresó al boxeo en 1987 tras una pausa de 10 años. En 1994, a los 45 años, noqueó a Michael Moorer para ganar los títulos de los pesos pesados de la AMB y la FIB. Se convirtió así en el campeón mundial de los pesos pesados más veterano de la historia del boxeo.
A finales de la década de 1990 estuvo a punto de producirse un combate entre Tyson y Foreman. Los dos bandos estuvieron a punto de llegar a un acuerdo, pero por alguna razón nunca se materializó.
La confesión de Tyson demuestra que incluso los grandes nombres del boxeo pueden arrepentirse de peleas que no llegaron a celebrarse. Los aficionados se preguntan qué habría pasado si estos dos pesos pesados se hubieran enfrentado en el cuadrilátero.