Lennox Lewis, ex campeón indiscutible de los pesos pesados, ha elegido su nocaut favorito de una carrera en la que ganó 41 combates, 32 de ellos por KO.
Lewis, que sólo había perdido dos veces en su carrera profesional, consiguió impresionantes nocauts. Eliminó a grandes nombres como Mike Tyson, Shannon Briggs, Frank Bruno, Oliver McCall y Tommy Morrison. Pero cuando se le preguntó por su favorito, Lewis no dudó.
En una entrevista con The Ring, Lewis dijo:
"Tendría que ser contra los tipos que me ganaron cuando volví y los paré. Fueron golpes y combates muy importantes. Hasim Rahman fue un gran combate para mí".
El nocaut al que se refiere Lewis se produjo en noviembre de 2001. Aterrizó con una combinación izquierda-derecha que puso a Rahman boca arriba en el cuarto asalto. Esta victoria fue algo más que otra muesca en el cinturón de Lewis. Fue una venganza.
Siete meses antes, Rahman había sorprendido al mundo del boxeo al noquear a Lewis en Sudáfrica. La sorpresa echó por tierra los planes de un esperado enfrentamiento entre Lewis y Tyson.
Lewis explicó por qué la revancha con Rahman significaba tanto para él:
"Cuando perdí, él gritaba 'no más Lewis-Tyson'. Se fue de Sudáfrica y no visitó a [Nelson] Mandela. Fui a visitarle".
Las palabras de Mandela a Lewis tras aquella primera derrota resultaron proféticas. El líder sudafricano le dijo: "mantén esa mano derecha más alta y lo atraparás la próxima vez".
Y así fue. El nocaut de Lewis sobre Rahman no sólo vengó su derrota. Le devolvió a la senda de la consolidación de su legado como uno de los mejores pesos pesados de todos los tiempos.
El palmarés de Lewis como campeón indiscutible de los pesos pesados figura entre los mejores de la historia del boxeo. Su capacidad para reponerse de las derrotas y noquear a los hombres que le vencieron demuestra por qué se le recuerda como uno de los grandes.
Lewis tiene más historias que contar sobre su época en la cima de la división de los pesos pesados. Recientemente ha nombrado a quien considera el peso pesado más infravalorado de su época. Pero esa es una historia para otro día.