Allen, un púgil que ha tenido sus altibajos, regresó en gran forma para este combate. En el pasado se ha enfrentado a rivales duros como Dillian Whyte y Tony Yoka, pero no siempre ha estado a la altura de las expectativas en combates que podía ganar. Esta vez, muchos pensaron que había ofrecido su mejor actuación hasta la fecha.
Fisher, conocido como "el toro de Romford", no lo tuvo fácil. El púgil de 25 años fue duramente derribado en los asaltos intermedios. Pero demostró agallas, se recompuso y llegó hasta la campana final. Es impresionante, sobre todo teniendo en cuenta que no tiene mucha experiencia como aficionado.
Cuando llegó la decisión, muchos aficionados no estaban contentos. Pensaban que Allen había hecho lo suficiente para ganar, y algunos incluso lo calificaron de robo. Es el tipo de controversia que a menudo conduce a una revancha, y eso es exactamente lo que sugirió el promotor Eddie Hearn.
Pero Allen tenía otras ideas. Hablando en su propio canal, explicó por qué rechazó la oferta:
"Dije que no, que no quería la revancha. En el calor del momento miré a Johnny Fisher y es un tipo joven de 25 años y pensé que no necesita otra pelea como esa porque su carrera será muy corta".
Es un movimiento sorprendente por parte de Allen, pero demuestra que piensa más allá de su propia carrera. La recuperación de Fisher tras el derribo demostró su dureza, pero Allen parece preocupado por los estragos que este tipo de peleas pueden causar en un boxeador joven.
Entonces, ¿qué es lo próximo para estos dos? Allen ha demostrado que todavía tiene lo que hay que tener para competir a un alto nivel, mientras que Fisher ha demostrado que puede esforzarse al máximo cuando las cosas se ponen difíciles. Una cosa es segura: ambos han dado mucho que hablar a los aficionados al boxeo.