Oleksandr Usyk se consolidó como el mejor boxeador del mundo de los pesos pesados el sábado por la noche en Riad (Arabia Saudí). El púgil ucraniano superó en el boxeo a Tyson Fury para ganar por decisión unánime y retener sus títulos de peso pesado del CMB, la OMB y la AMB.
Los tres jueces puntuaron el combate 116-112 a favor de Usyk. La victoria supuso el segundo triunfo consecutivo de Usyk sobre Fury, tras el logrado por decisión dividida el pasado mayo en la misma ciudad.
Tras el combate, Fury abandonó rápidamente el cuadrilátero sin conceder una entrevista. Fury se saltó la entrevista inmediatamente posterior al combate, pero sí participó en la rueda de prensa posterior.
Usyk se quedó para hablar con los medios y ofreció su típica reacción discreta:
"He ganado, es bueno", dijo simplemente Usyk.
El nuevo campeón indiscutible de los pesos pesados elogió las habilidades de Fury:
"Escucha, es un gran boxeador, un gran rival. Han sido 24 asaltos fantásticos, increíbles para mi carrera".
Cuando se le preguntó por su continua mejora como púgil, Usyk bromeó:
"No lo sé, quizá me estoy entrenando, preparándome bien".
El ucraniano, de 37 años, agradeció el apoyo de su familia y dedicó la victoria a su madre.
Tras las entrevistas, el campeón de la FIB, Daniel Dubois, se enfrentó a Usyk en el ring. Usyk había dejado vacante en junio el cinturón de la IBF, que ahora ostenta Dubois. El ucraniano aceptó las peticiones de Dubois para pelear, preparando un posible enfrentamiento por la unificación total de la división de los pesos pesados.
A sus casi 38 años, Usyk sigue demostrando que está en lo más alto de su carrera. Sus dotes técnicas y su inteligencia en el cuadrilátero se pusieron de manifiesto ante el corpulento Fury, consolidando su posición como el mejor peso pesado del mundo.