Crawford, un boxeador de 37 años, ha estado en racha últimamente. Ascendió desde el peso welter y venció a Errol Spence Jr para convertirse en el campeón indiscutible del peso welter. Y no se detuvo ahí. En su primer combate en las 154 libras, Crawford derrotó al hasta entonces invicto Israil Madrimov y le arrebató el cinturón de la AMB.
Con estos logros en su haber, Crawford tiene varias opciones sobre la mesa. Podría optar por combates de unificación en su nuevo peso. También se habla de una defensa contra Vergil Ortiz Jr. o de un enfrentamiento con Jaron "Boots" Ennis.
Pero Crawford tiene los ojos puestos en un premio aún mayor. Quiere subir dos divisiones para enfrentarse a Saúl "Canelo" Álvarez, campeón unificado del peso supermedio. Es un movimiento audaz, pero Crawford nunca ha sido de los que rehúyen los retos.
Robert García, que entrena a Vergil Ortiz Jr, compartió algunas ideas interesantes sobre la mentalidad de Crawford. En una entrevista reciente, García dijo:
"Mira, Crawford es un hombre inteligente. Ya ha conseguido mucho. Ya ha hecho mucho. No necesita retarse a sí mismo. No necesita demostrar nada a nadie. He hablado con él personalmente y mi sensación es que quiere esa gran pelea contra Canelo, y si no la consigue puede que nunca vuelva a pelear. No necesita que nadie le empuje a aceptar un reto que no necesita. Ya lo ha conseguido. No le veo complaciendo a los aficionados porque le digan que tiene que pelear con este tipo, que tiene que pelear con aquel otro".
García cree que Crawford está financieramente seguro y sólo busca la pelea más grande posible en este momento. Si la pelea con Canelo no se materializa, puede que hayamos visto la última de Crawford en el ring.
Canelo, por su parte, parece haber suavizado su postura. Antes descartaba la idea de pelear con Crawford, pero ahora dice que escuchará cualquier oferta que le llegue.
Crawford no tiene nada que demostrar. Ha conseguido más de lo que la mayoría de los boxeadores podrían soñar. Ahora todo gira en torno a ese gran combate, o tal vez haya llegado el momento de colgar los guantes. Sólo Crawford lo sabe con certeza, y el mundo del boxeo está esperando a ver qué hará a continuación.