Ya en el primer asalto, Tszyu sufrió un corte en la cabeza tras fallar un jab. En los segundos tres minutos, la situación del australiano empeoró aún más, y fue derribado tres veces tras los certeros golpes de su oponente.
En el descanso, el médico examinó a Tim, dándole tiempo para descansar, pero eso no ayudó al boxeador. Una vez más se encontró en la superficie, consiguió ponerse en pie, pero ya no pudo defenderse: su esquina tiró la toalla.