Terence Crawford ha explicado por qué no está interesado en pelear con Jaron Ennis, a pesar de que Ennis está dispuesto a subir al peso superwelter para el desafío.
Crawford, campeón mundial de los cuatro pesos, dejó recientemente vacante su cinturón de peso welter y subió de división. Ahora tiene la vista puesta en combates de mayor envergadura, en particular un posible enfrentamiento con Saúl "Canelo" Álvarez.
En una reciente entrevista con The Ring Magazine, Crawford se refirió a las peticiones de una pelea con Ennis, el campeón mundial del peso welter de 27 años de Filadelfia conocido como 'Boots'.
"Están haciendo lo correcto al llamarme. Sin duda lo entiendo. Pero he tenido que trabajar muy duro para conseguir las [grandes] peleas que tengo. No han hecho ni la mitad de lo que yo hice para llegar hasta mí. ¿Quieres que retroceda y olvide la pelea más grande del boxeo - Canelo y yo - para pelear contra Boots o Vergil? ¿Qué gano con eso?".
La postura de Crawford viene de sus propias experiencias intentando conseguir grandes combates al principio de su carrera. Recuerda que quería pelear con Manny Pacquiao y se sintió amargado cuando no lo consiguió. Ahora ve las cosas de otra manera.
"Pacquiao estaba en una edad en la que no podía permitirse otra derrota, así que pelear con un tipo como Terence Crawford en ese momento de su carrera no era inteligente. Yo no podía conseguir un combate contra Pacquiao a pesar de tener múltiples logros, pero todos los demás sí. Estaba amargado en ese momento, pero fue una decisión de negocios. Ahora lo entiendo".
Mientras Crawford espera una respuesta de Canelo sobre una posible pelea, Ennis sigue adelante con su propia carrera. El 9 de noviembre defenderá su cinturón de la IBF contra Karen Chukhadzhian, el mismo púgil al que derrotó por el cinturón interino el año pasado.
La decisión de Crawford de no enfrentarse a Ennis demuestra que los boxeadores de élite suelen dar prioridad a los combates más importantes y a los sueldos más altos que a enfrentarse a jóvenes promesas. Es una decisión comercial que puede frustrar a los aficionados, pero que tiene sentido desde el punto de vista de su carrera.