Fabio Wardley acalla las dudas con un final explosivo: "Os dije que soy diferente"

Fabio Wardley noqueó a Frazer Clarke en Riad, Arabia Saudí, zanjando su rivalidad con un asombroso final en el primer asalto. El combate puso fin a los asuntos pendientes de su anterior empate a dos.

Wardley mejoró su récord a 18-0 con 17 nocauts tras asestar un tremendo derechazo que hizo tambalearse a Clarke. El olímpico de 270 libras trató de sobrevivir, pero no pudo resistir el ataque de Wardley.

El combate comenzó con Clarke lanzando unos duros jabs. Wardley, que había descartado las preocupaciones previas al combate sobre el tejido cicatricial de su nariz, no mostró signos de hemorragia desde el principio.

Cuando el asalto se acercaba a su fin, Wardley soltó un tremendo derechazo que puso a Clarke contra las cuerdas. El olímpico se puso en modo de supervivencia, asestando un buen uppercut pero dándole rápidamente la espalda. Wardley aprovechó la oportunidad con otro derechazo que derrumbó a Clarke en los últimos segundos del primer asalto.

Tras el combate, Wardley declaró:

"Una vez que he herido a alguien puedo deshacerme de él. Cometí algunos errores en el primer combate. Fui a ese combate con muchos problemas de fondo. Mi equipo me dijo que quizá no debía aceptarlo. Esta vez, armé mi plan de juego... Guerra por nombre guerra por naturaleza. Una vez que tengo a mis enemigos heridos, no hay forma de ayudarlos. A menos que llegue esa campana que es lo único que puede salvarlos ".

El futuro de Wardley parece brillante, ya que es probable que deje vacantes los títulos británico y de la Commonwealth y ponga sus miras en los cinturones mundiales.

Clarke recibió oxígeno en su esquina tras el combate, pero mostró deportividad mostrando respeto a su oponente. Andy Lee, ex campeón del mundo convertido en entrenador y comentarista, especuló con la posibilidad de que el devastador golpe final hubiera roto la mandíbula de Clarke.

El nocaut saldó la cuenta entre los dos púgiles después de que su combate anterior terminara en empate a dos, en el que Wardley había conseguido el único derribo.