Antes de su combate, Ryan García se había enfrentado a múltiples polémicas, incluido un incidente en el que fue fotografiado fumando marihuana. Además, García fingió su propia muerte y pesó un kilo de más mientras bebía cerveza en el pesaje. A pesar de estos problemas, García logró derrotar inesperadamente a Haney, pero no pudo reclamar el título mundial de Haney debido a la violación del peso.
Según los informes, Ryan García dio positivo por Ostarine en los controles antidopaje realizados el día del pesaje y de nuevo el día del combate. El Ostarine es conocido como una droga para mejorar el rendimiento que puede influir significativamente en el rendimiento de un atleta.
En reacción a la noticia, Eddie Hearn declaró: "Conmocionado, entristecido, decepcionado. Desolado por Devin, para ser sincero, porque ha boxeado con un tipo que tenía un kilo y medio de más [de peso] y que tenía drogas para mejorar el rendimiento en su organismo". Hearn expresó claramente su dolor por cómo estas ventajas injustas afectaron a las posibilidades de Haney durante el combate.
Hearn propuso que el resultado del combate se cambiara por un no-contest. Explicó: "No siempre es justo, pero lo que hay que hacer ahora, en mi opinión, será probablemente un no-contest porque, se pruebe lo que se pruebe, estaban en su organismo".
El control antidopaje fallido de Ryan García no sólo puso de relieve sus controversias pasadas inmediatas, sino que también arrojó dudas sobre sus planes de futuro. Inicialmente previsto para ascender al peso welter y desafiar a Jaron "Boots" Ennis por el título mundial de la IBF, los planes de carrera de García están ahora en pausa a la espera del veredicto de la Comisión Atlética del Estado de Nueva York (NYSAC).