"En algún momento perdí mi amor por el boxeo y mi pasión por el entrenamiento", admitió Deontay Wilder (43-3-1, 42 KOs), que se enfrentará a Zhang Zh ilei (26-2-1, 21 KOs) en una pelea por su futuro.
Wilder y Zhilei están considerados los pegadores más potentes del mundo, y en su enfrentamiento, un golpe puede cambiarlo todo. Y todo se decidirá el 1 de junio en Riad (Arabia Saudí).
"Respeto a Zhang, es un buen boxeador, pero yo me siento muy bien y éste es mi momento. Pronto todo el mundo verá si lo tengo o no. Creo que al final, yo quedaré en pie y él quedará tumbado. Mi corazón de boxeador vuelve a estar conmigo", añadió "El Bombardero de Bronce", que lleva más de cinco años sentado en el trono de los pesos pesados del CMB.
"Es un pegador muy peligroso, el más duro de nuestro negocio, así que tengo que tener mucho cuidado. Pero cuando se trate de una situación crítica, no daré ni un paso atrás", prometió el subcampeón olímpico chino de los pesos pesados hace dieciséis años.