En el encuentro estará en juego el cinturón "interino" de peso supermedio del CMB de Benavidez y el estatus de retador obligatorio para Saúl Álvarez (60-2-2, 39 KOs). La estrella mexicana posee los cuatro títulos en el límite de peso de hasta 76,2 kilogramos, y David y Demetrius llevan varios años intentando subirse al ring con él.
"Esta podría ser la pelea del año, sin duda no decepcionaremos a los aficionados. Andrade es olímpico, ex campeón del mundo en dos categorías, y éstas son las peleas en las que quiero demostrar que soy el número uno en esta categoría de peso. Es la única dirección que puedo tomar. Sin duda me espera un combate difícil contra un gran técnico con una buena defensa, pero siempre encuentro la manera de ganar de una forma u otra. Esta vez será igual. El boxeo es un deporte, es divertido, pero cuando subo al ring, me vuelvo muy peligroso y mando a mis rivales al hospital. Siempre que tenga la oportunidad, lanzaré golpes potentes e intentaré terminar la pelea lo antes posible", dijo Benavidez.
"Los aficionados compran entradas para ver los nocauts y yo quiero darles eso y, al mismo tiempo, demostrar que soy el número uno del mundo". Y silenciar a los críticos. Me preparé para esta pelea durante tres meses y medio y lo di todo durante el campo de entrenamiento. Mi objetivo es luchar y derrotar a los mejores, y Andrade es uno de los mejores. Habiendo ganado los próximos combates, tarde o temprano Canelo tendrá que enfrentarse a mí. "Soy el mayor desafío para Álvarez, y si gano a Andrade, nuestra pelea tendrá que producirse", añadió Benavidez, ex bicampeón del peso supermedio del CMB que perdió el cinturón fuera del ring por exceso de peso y rastros de dopaje en su cuerpo.