En una entrevista posterior al combate, el púgil ganador afirmó: "Dadme ocho semanas y seré Jon Jones. Dadme tres semanas y podré vencer a cualquier peso welter del mundo". Muhammad también mencionó que su fe desempeñó un papel crucial en su preparación, sobre todo porque el combate tuvo lugar poco después del Ramadán.
La implacable izquierda al cuerpo de Muhammed fue decisiva para asegurar su victoria. También se mostró muy atento, identificando una lesión en la mano izquierda de Gilbert durante el combate y aprovechándose de ella.
Esta impresionante victoria preparó el terreno para el combate de Belal Muhammad por el título mundial. Sin miedo a nombrar a Edwards y Covington como posibles futuros adversarios, el ambicioso púgil declaró: "Voy a por los dos". Con ese tipo de confianza y determinación, Muhammad es claramente una fuerza a tener en cuenta en el peso welter.