"No me juzguen por mis victorias, sino por mis derrotas y por cómo volveré después de ellas", declaró Jake Paul (6-1, 4 KOs) tras la primera derrota de su carrera a manos de Tommy Fury (9-0, 4 KOs) el pasado domingo en Arabia Saudí. Era ya el tercer intento de organizar este duelo. En ambos casos, el inglés, hermanastro del campeón mundial de los pesos pesados Tyson Fury, se negó a participar.
"Primero me rompí una costilla y luego me negué a entrar en Estados Unidos. Todo el mundo pensaba que tenía miedo de este combate, pero hoy he creado mi propio legado y me he presentado al mundo. Llevaba dos años deseando este combate y siempre estuve seguro de que lo ganaría. Aunque nadie creía en mí. Tengo 23 años, era mi primer combate principal de la noche y pasé todas las pruebas. Para mí fue como un combate por el título de campeón del mundo. Me entrené muy duro, pero en realidad no pude evitar ganar", dijo Fury, que oficialmente ganó 2 millones de dólares por esta actuación. Según informaciones no confirmadas, los honorarios de Tommy Fury podrían ser el doble.
El estadounidense tenía garantizada la revancha en caso de derrota, y ya en rueda de prensa, unas decenas de minutos después del anuncio del veredicto del juez, anunció que volvería a subirse al ring con el inglés.
"Fue una gran pelea, igualada, así que ambos merecemos esta revancha. Tuve problemas con el hombro durante la preparación, me puse enfermo dos veces, pero no busco excusas. Volveré al gimnasio y luego volveré al ring aún más fuerte. Sin duda puedo demostrar mucho más", declaró Paul, que tenía una paga garantizada de 3 millones de dólares. Pero también es probable que duplique sus honorarios potenciales.
