En los primeros asaltos, el estadounidense dio muchos problemas al ucraniano y le sorprendió con contragolpes individuales. Pero a medida que avanzaba el combate, Lomachenko empezó a tomar el control de la pelea. El encuentro con Ortiz supuso su regreso al ring tras casi un año de descanso.
En la siguiente actuación, Lomachenko debería pelear con el indiscutible campeón de peso ligero Devin Haney.