Antes de la tercera pelea programada para el 17 de septiembre Saúl Álvarez (57-2-2, 39 KO) con Gennady Golovkin (42-1-1, 37 KOs) las relaciones de los boxeadores se caldearon bruscamente.
Especialmente visible es la hostilidad de Canelo, quien en una de las entrevistas llamó "hijo de puta" al boxeador de Kazajstán, acusándolo de hipocresía y creando artificialmente una imagen positiva. GGG se refirió a las palabras de su oponente en una entrevista con Boxingscene.
"No se como explicarlo. Tal vez sea solo un efecto secundario de algunas sustancias en su cuerpo", dijo Golovkin. “Lo trato como un evento deportivo, pero las palabras que usó son difíciles de explicar o justificar”.