La estrategia de Mbilli, implacable y agresiva, se puso rápidamente de manifiesto al comenzar el combate. Salió en tromba de su esquina y golpeó a Murdock con golpes al cuerpo y derechazos para abrir el primer y el segundo asalto.
Murdock y Mbilli, aún en pie tras la embestida inicial, intercambiaron golpes en el tercer asalto. Ambos luchadores asestaron golpes contundentes, aunque este breve periodo de éxito de Murdock se vio eclipsado por las hazañas posteriores de Mbilli.
En el cuarto asalto, Mbilli había impuesto su autoridad, y sus golpes hicieron volar por los aires el protector bucal de Murdock, un testimonio conmovedor de su dominio entre las cuerdas. Durante el quinto asalto, Mbilli propinó golpes contundentes a la cabeza de Murdock.
El sexto asalto fue similar a una ceremonia de demolición orquestada por Mbilli; tras tomarse un respiro, estalló contra Murdock con una furia de derechazos. Fue aquí cuando la esquina de Murdock tomó lo que se consideró una sagaz decisión: retirarle el castigo; pusieron fin al combate tras el sexto asalto.
Las estadísticas reflejan la habilidad de Mbilli: de 505 golpes lanzados, conectó 236 veces, lo que demuestra su precisión y arroja un impresionante porcentaje de conexión del 46,7%. Por el contrario, Murdock ejecutó 358 puñetazos, de los que sólo 89 dieron en el blanco: las sumas hablan por sí solas de la capacidad defensiva de Mbilli.
No es de extrañar que el público se deshiciera en elogios hacia Mbilli, celebrando su imponente actuación.
Tras su indudable triunfo, fluyeron las entrevistas, en las que ESPN recogió las declaraciones de Mbilli:
- "Murdock es fuerte. Se llevó todos mis buenos golpes".
- "Esta noche he enviado un mensaje. Soy el futuro de la división".
- "Canelo es el mejor... Pero ahora quiero demostrar que soy el mejor... Mi objetivo es pelear con él".
Estas rotundas declaraciones encapsulan no sólo la valoración que Mbilli hace de su competidor, sino que también transmiten su ambición: aspirar a un combate que podría enfrentarle al mismísimo Canelo Álvarez.
En conclusión, Christian Mbilli demostró autoridad ante Rohan Murdock y puso a la división sobre aviso con ambos puños firmemente anclados en una contundente destreza. El resto podría ser historia que se abre camino hacia un terreno sagrado junto a reyes como Canelo.